domingo, 12 de junio de 2016

Relato de inspiración musical #1: Culpable

¡Saludos Letrilers! Estaba escuchando una canción y me ha venido a la mente una pequeña historia que me gustaría compartir con todos vosotros. No es la primera vez que me ocurre y he pensado que de ahora en adelante cada vez que me surja alguna historia de esta manera la escribiré en el blog. Espero que os guste.
CULPABLE

Oscuridad, muerte. No había nada a su alrededor, nada que la hiciese sentir viva, nada que la invitase a levantarse. Todo se había acabado y ella era la única culpable.

Apoyó la cabeza en sus rodillas y la rodeó con sus brazos. Intentaba protegerse de la destrucción que ella misma había generado, pero ya era demasiado tarde. Todo se había acabado y ella era la única culpable.

El cuerpo cada vez le pesaba más, puesto que su corazón se iba endureciendo, convirtiéndose en una fría e insensible piedra ¿Cómo había podido errar de esa manera? ¿Cómo había podido actuar así? No obstante, todo se había acabado y ella era la única culpable.

Una única lágrima empezó a rodar por su mejilla. No había parado de llorar desde aquel fatídico día y al parecer no le quedaban más lágrimas con las que expresar su dolor. La frase seguía repitiéndose en su mente: todo se había acabado y ella era la única culpable.

No. Basta. Su vida se estaba consumiendo en cada minuto que pasaba y ella no hacía nada por evitarlo. Tenía que levantarse, tenía que pelear, luchar por seguir adelante, pero su conciencia y su alma se consumían sin descanso.

Un recuerdo invadió su mente. Era la imagen de un niño pequeño de pelo rubio y unos ojos azules como el mar. Él le sonreía y se reía después, una y otra vez. Él era el motivo por el que tenía que levantarse; iba a hacerlo por él, no por nadie más.

Empezó a incorporarse poco a poco, tanteando ese inmenso espacio negro en el que se encontraba. No tuvo gran dificultad para erguirse, pero al avanzar sus manos dieron con algo frío y duro. Eran barrotes de hierro. Estaba atrapada en una jaula.

No iba a rendirse, ahora no. Debía hacerlo por él. Todo se había acabado y ella era la única culpable. La frase había vuelto para sumirla en la oscuridad eterna e indestructible.

Sin embargo, ahora tenía la fuerza que necesitaba: tenía a alguien por el que merecía la pena luchar.

Empezó a golpear los barrotes. Al principio con suavidad, pero cada vez lo hacía con más fuerza; iba a salir de allí y nadie ni nada iba a ser capaz de detenerla.

Pum. Cada golpe le traía un doloroso recuerdo, pero no iba a parar. Al igual que las heridas, los recuerdos acabarían por sanarse.

Pum. Tenía los nudillos ensangrentados, pero estaba cerca de lograrlo. Había causado dolor, pero ahora veía que podía cambiar las cosas, solo tenía que seguir adelante. Por él, por ella, por todos. 

Pum. Le faltaban fuerzas, pero continuó. Ahogó un grito y dió el golpe definitivo. De improvisto, una luz blanca iluminó su rostro, llenando su corazón de vida y de esperanza. Nada había acabado, era el momento de actuar, de cambiar las cosas, de seguir el camino.

Hasta aquí el primer relato de inspiración musical ¿Os ha gutsado? ¿Con que tipo de canción creéis que ha podido venirme la inspiración? Os responderé los comentarios encantada :)

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